WASHINGTON, DC – Las cosas se han puesto feas en Washington después de la publicación, el mes pasado, del informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en la elección presidencial estadounidense de 2016; y van a ponerse peor. Ya es evidente que Estados Unidos tiene un fiscal general convencido de que su trabajo es proteger al presidente sin importar los hechos. En su testimonio ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado la semana pasada, William Barr (el más alto funcionario a cargo de la aplicación de la ley en Estados Unidos) mintió y ocultó información con total descaro.
WASHINGTON, DC – Las cosas se han puesto feas en Washington después de la publicación, el mes pasado, del informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en la elección presidencial estadounidense de 2016; y van a ponerse peor. Ya es evidente que Estados Unidos tiene un fiscal general convencido de que su trabajo es proteger al presidente sin importar los hechos. En su testimonio ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado la semana pasada, William Barr (el más alto funcionario a cargo de la aplicación de la ley en Estados Unidos) mintió y ocultó información con total descaro.