BRUSELAS – El pasado 8 de septiembre, después de cuatro años de laboriosas negociaciones, representantes de los Estados Unidos y la Unión Europea firmaron un acuerdo transatlántico para fortalecer la protección de datos. El llamado Acuerdo General dispone salvaguardias sobre las transferencias de datos para la observancia de la ley y aborda preocupaciones europeas de antiguo sobre el derecho a la intimidad. En particular, establece el derecho de los ciudadanos europeos a tener acceso a sus datos y solicitar la corrección de errores. Además, fija unos límites claros sobre el tiempo durante el cual se puede disponer de los datos y lo que se puede hacer con ellos.
BRUSELAS – El pasado 8 de septiembre, después de cuatro años de laboriosas negociaciones, representantes de los Estados Unidos y la Unión Europea firmaron un acuerdo transatlántico para fortalecer la protección de datos. El llamado Acuerdo General dispone salvaguardias sobre las transferencias de datos para la observancia de la ley y aborda preocupaciones europeas de antiguo sobre el derecho a la intimidad. En particular, establece el derecho de los ciudadanos europeos a tener acceso a sus datos y solicitar la corrección de errores. Además, fija unos límites claros sobre el tiempo durante el cual se puede disponer de los datos y lo que se puede hacer con ellos.