ERFURT – En lo referido a la lucha contra el VIH/SIDA, Sudáfrica fue por muchos años el ejemplo perfecto de lo que no hay que hacer. Hasta hace poco, la respuesta del gobierno a la epidemia que amenazó la vitalidad misma del país fue deslucida y torpe. Pero la presión creciente de las últimas dos décadas por parte de grupos de la sociedad civil, medios de prensa y políticos más esclarecidos está por fin dando frutos. La enfermedad, que provocó serios daños sociales y económicos y redujo drásticamente la expectativa de vida en el país, parece estar en retirada.
ERFURT – En lo referido a la lucha contra el VIH/SIDA, Sudáfrica fue por muchos años el ejemplo perfecto de lo que no hay que hacer. Hasta hace poco, la respuesta del gobierno a la epidemia que amenazó la vitalidad misma del país fue deslucida y torpe. Pero la presión creciente de las últimas dos décadas por parte de grupos de la sociedad civil, medios de prensa y políticos más esclarecidos está por fin dando frutos. La enfermedad, que provocó serios daños sociales y económicos y redujo drásticamente la expectativa de vida en el país, parece estar en retirada.