NUEVA YORK – El euro padece deficiencias estructurales. Tiene un banco central, pero no una hacienda pública central y la supervisión del sistema bancario corre a cargo de las autoridades nacionales. Esos defectos están dejando sentir cada vez más su influencia y están agravando la crisis financiera.
NUEVA YORK – El euro padece deficiencias estructurales. Tiene un banco central, pero no una hacienda pública central y la supervisión del sistema bancario corre a cargo de las autoridades nacionales. Esos defectos están dejando sentir cada vez más su influencia y están agravando la crisis financiera.