La personalidad dividida de Rusia -simbolizada por su escudo de armas zarista, un águila de dos cabezas- se ha estado exhibiendo recientemente. Un día, el régimen del presidente Vladimir Putin está en una ofensiva para agradar, buscando una solución a la disputa territorial de seis décadas con Japón sobre las islas Kuriles y tranquilizando a los inversionistas tras la condena del multimillonario petrolero Mikhail Khodorkovsky. Al día siguiente, Putin se niega a retirar la guarnición militar rusa de la región secesionista del Transdniester en Moldova al tiempo que los procuradores hablan amenazadoramente de llevar más oligarcas al banquillo.
La personalidad dividida de Rusia -simbolizada por su escudo de armas zarista, un águila de dos cabezas- se ha estado exhibiendo recientemente. Un día, el régimen del presidente Vladimir Putin está en una ofensiva para agradar, buscando una solución a la disputa territorial de seis décadas con Japón sobre las islas Kuriles y tranquilizando a los inversionistas tras la condena del multimillonario petrolero Mikhail Khodorkovsky. Al día siguiente, Putin se niega a retirar la guarnición militar rusa de la región secesionista del Transdniester en Moldova al tiempo que los procuradores hablan amenazadoramente de llevar más oligarcas al banquillo.