WASHINGTON – Las dramáticas revueltas en Túnez, Egipto y Libia han funcionado como catalizador de un despertar árabe más generalizado que ha sacudido los fundamentos del orden político del Medio Oriente que existía desde finales de los años setenta. Si bien es muy temprano para pronosticar los resultados finales, ya se vislumbran algunas consecuencias regionales importantes.
WASHINGTON – Las dramáticas revueltas en Túnez, Egipto y Libia han funcionado como catalizador de un despertar árabe más generalizado que ha sacudido los fundamentos del orden político del Medio Oriente que existía desde finales de los años setenta. Si bien es muy temprano para pronosticar los resultados finales, ya se vislumbran algunas consecuencias regionales importantes.