ESTRASBURGO – En un día de invierno de 2004, un joven ruso llamado Pavel Shtukaturov descubrió que un juez lo había privado del derecho a hablar por sí mismo. Privado de capacidad legal, le impidieron actuar de manera independiente, o como fuera, en la mayoría de los aspectos de la vida. Ya no pudo trabajar, viajar, elegir su lugar de residencia, comprar o vender propiedades o incluso casarse.
ESTRASBURGO – En un día de invierno de 2004, un joven ruso llamado Pavel Shtukaturov descubrió que un juez lo había privado del derecho a hablar por sí mismo. Privado de capacidad legal, le impidieron actuar de manera independiente, o como fuera, en la mayoría de los aspectos de la vida. Ya no pudo trabajar, viajar, elegir su lugar de residencia, comprar o vender propiedades o incluso casarse.