Las relaciones que cada país, cada grupo social, étnico o familiar tiene con el pasado han sufrido un profundo cambio en las últimas décadas. Este cambio asume muchas formas: el criticismo de la historia oficial y la recuperación de la reprimida; la demanda de pasados confiscados o suprimidos el interés en las "raíces" y la genealogía; los eventos conmemorativos y los nuevos museos; la apertura de archivos al público; y, finalmente, el aprecio a lo que los angloparlantes llaman
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