LONDRES – A la Unión Europea le gustan las cumbres. Basta con ver la manera en que reacciona cuando la otra parte decide no presentarse (por ejemplo, su respuesta a la decisión del presidente Barack Obama de no asistir a la cumbre de la UE y Estados Unidos en mayo en Madrid). Si la UE quiere que la tomen en serio y aspira a tener un impacto tangible, necesita aprender que hablar de las cosas correctas no es lo mismo que tomar el curso de acción correcto.
LONDRES – A la Unión Europea le gustan las cumbres. Basta con ver la manera en que reacciona cuando la otra parte decide no presentarse (por ejemplo, su respuesta a la decisión del presidente Barack Obama de no asistir a la cumbre de la UE y Estados Unidos en mayo en Madrid). Si la UE quiere que la tomen en serio y aspira a tener un impacto tangible, necesita aprender que hablar de las cosas correctas no es lo mismo que tomar el curso de acción correcto.