NEW HAVEN – La reciente transición en el liderazgo de China fue considerada ampliamente como un triunfo para los conservadores de línea dura y un revés para la causa de la reforma -una caracterización que ha agravado el pesimismo que domina las percepciones que tiene Occidente de China-. De hecho, nada podría estar más alejado de la realidad.
NEW HAVEN – La reciente transición en el liderazgo de China fue considerada ampliamente como un triunfo para los conservadores de línea dura y un revés para la causa de la reforma -una caracterización que ha agravado el pesimismo que domina las percepciones que tiene Occidente de China-. De hecho, nada podría estar más alejado de la realidad.