NAIROBI – Cuando era una niña en la zona rural de Kenia, era una secreta admiradora de la mutilación genital femenina. Me dejaba llevar por las charlas de amigos y personas mayores sobre cómo una vez que una niña se somete al "corte", gana respeto y los hombres adultos la consideran apropiada para el matrimonio. Quizás estas fueron las razones por las que, a la edad de 13 años, quería ansiosamente que me "circuncidaran" y volverme una "mujer real".
NAIROBI – Cuando era una niña en la zona rural de Kenia, era una secreta admiradora de la mutilación genital femenina. Me dejaba llevar por las charlas de amigos y personas mayores sobre cómo una vez que una niña se somete al "corte", gana respeto y los hombres adultos la consideran apropiada para el matrimonio. Quizás estas fueron las razones por las que, a la edad de 13 años, quería ansiosamente que me "circuncidaran" y volverme una "mujer real".