NUEVA YORK – Es hora de que el G-20 tome en serio su mandato de acordar medidas para estabilizar la economía global y encauzarla hacia un patrón de crecimiento más sostenible. En cambio, el G-20 se está comportando como una sociedad de debate en la que el enfoque de cooperación que impulsó a principios de la crisis se ha convertido en una serie de acciones a menudo imprudentes y unilaterales de parte de sus miembros.
NUEVA YORK – Es hora de que el G-20 tome en serio su mandato de acordar medidas para estabilizar la economía global y encauzarla hacia un patrón de crecimiento más sostenible. En cambio, el G-20 se está comportando como una sociedad de debate en la que el enfoque de cooperación que impulsó a principios de la crisis se ha convertido en una serie de acciones a menudo imprudentes y unilaterales de parte de sus miembros.