NUEVA YORK – Los disparos contra la congresista estadounidense Gabrielle Giffords y otros en Arizona el mes pasado son apenas el último episodio en una serie de balaceras masivas en Estados Unidos en las que el (presunto) perpetrador sufría de un aparente trastorno mental. Como era de esperarse, la tragedia de Arizona generó reclamos de cambios de políticas. ¿Pero qué es lo que se debería hacer de manera diferente, si es que hay algo que se puede hacer?
NUEVA YORK – Los disparos contra la congresista estadounidense Gabrielle Giffords y otros en Arizona el mes pasado son apenas el último episodio en una serie de balaceras masivas en Estados Unidos en las que el (presunto) perpetrador sufría de un aparente trastorno mental. Como era de esperarse, la tragedia de Arizona generó reclamos de cambios de políticas. ¿Pero qué es lo que se debería hacer de manera diferente, si es que hay algo que se puede hacer?