CIUDAD DE MÉXICO – En El Salvador, por primera vez en América Latina, una ex organización político-militar que intentó obtener el poder por las armas ha logrado sus objetivos mediante las urnas. Si bien en Nicaragua el Frente Sandinista había ganado una elección semi-legítima en 1984, cinco años antes había llegado al poder derrocando a la dictadura de Somoza. Para 2006, cuando Daniel Ortega fue reelecto finalmente, el viejo Frente Sandinista de 1979 era irreconocible.
CIUDAD DE MÉXICO – En El Salvador, por primera vez en América Latina, una ex organización político-militar que intentó obtener el poder por las armas ha logrado sus objetivos mediante las urnas. Si bien en Nicaragua el Frente Sandinista había ganado una elección semi-legítima en 1984, cinco años antes había llegado al poder derrocando a la dictadura de Somoza. Para 2006, cuando Daniel Ortega fue reelecto finalmente, el viejo Frente Sandinista de 1979 era irreconocible.