BUENOS AIRES: El cambio incesante parece estar en el corazón de la civilización global contemporánea. Por ello, los países que consideran sus realidades internas como sacrosantas son incapaces de asimilar los cambios o de prever su dirección. Para ellos, los cambios son algo irracional, incluso catastrófico.
BUENOS AIRES: El cambio incesante parece estar en el corazón de la civilización global contemporánea. Por ello, los países que consideran sus realidades internas como sacrosantas son incapaces de asimilar los cambios o de prever su dirección. Para ellos, los cambios son algo irracional, incluso catastrófico.