SALZBURGO – Cuando la guerra amenazaba Kosovo hace diez años, el entonces ministro de exteriores de Alemania, Joschka Fischer, explicó que el principio que siempre había regido su participación en política era: “Nunca más la guerra, nunca más Auschwitz”. Sin embargo, la limpieza étnica y la violencia en Kosovo pronto le dejó en claro que había momentos en los que era necesario escoger entre dos imperativos: a veces sólo se puede evitar un nuevo Auschwitz mediante la guerra.
SALZBURGO – Cuando la guerra amenazaba Kosovo hace diez años, el entonces ministro de exteriores de Alemania, Joschka Fischer, explicó que el principio que siempre había regido su participación en política era: “Nunca más la guerra, nunca más Auschwitz”. Sin embargo, la limpieza étnica y la violencia en Kosovo pronto le dejó en claro que había momentos en los que era necesario escoger entre dos imperativos: a veces sólo se puede evitar un nuevo Auschwitz mediante la guerra.