BRUSELAS – El nuevo tratado de reducción de armas estratégicas (START, por su sigla en inglés) que el presidente ruso, Dmitry Medvedev, y el presidente norteamericano, Barack Obama, acaban de firmar en Praga es un logro histórico, y una inspiración para un futuro progreso en materia de control de armas a nivel global. Pero, al mismo tiempo, aquí y ahora, también debemos prepararnos para defendernos de otra tendencia, menos alentadora.
BRUSELAS – El nuevo tratado de reducción de armas estratégicas (START, por su sigla en inglés) que el presidente ruso, Dmitry Medvedev, y el presidente norteamericano, Barack Obama, acaban de firmar en Praga es un logro histórico, y una inspiración para un futuro progreso en materia de control de armas a nivel global. Pero, al mismo tiempo, aquí y ahora, también debemos prepararnos para defendernos de otra tendencia, menos alentadora.