Resulta casi innecesario señalar que las dictaduras y la guerra son malas para la salud. Más de 20 millones de personas murieron de hambre durante el Gran Salto hacia Adelante de Mao; milones más perecieron bajo Lenin, Stalin y Hitler; Pol Pot asesinó a dos millones de camboyanos. No hay cifras disponibles acerca de los muertos a manos de los regímenes crueles que dirigen Burma, Afganistán y el Congo, pero con seguridad son enormes.
Resulta casi innecesario señalar que las dictaduras y la guerra son malas para la salud. Más de 20 millones de personas murieron de hambre durante el Gran Salto hacia Adelante de Mao; milones más perecieron bajo Lenin, Stalin y Hitler; Pol Pot asesinó a dos millones de camboyanos. No hay cifras disponibles acerca de los muertos a manos de los regímenes crueles que dirigen Burma, Afganistán y el Congo, pero con seguridad son enormes.