Toda crisis financiera es inherentemente impredecible, antes de que ocurra y a medida que va sucediendo. Los contables examinan sus libros, los participantes narran sus versiones a los periódicos (o algunas veces ante un juez), los políticos explican por qué están arreglando el lío y al final los historiadores arman una historia.
Toda crisis financiera es inherentemente impredecible, antes de que ocurra y a medida que va sucediendo. Los contables examinan sus libros, los participantes narran sus versiones a los periódicos (o algunas veces ante un juez), los políticos explican por qué están arreglando el lío y al final los historiadores arman una historia.