WASHINGTON, D.C. – La oposición al plan de construcción de una mezquita junto al “terreno cero”, el lugar en que cayeron las torres gemelas del Centro del Comercio Mundial el 11 de septiembre de 2001, presenta varios matices. Dice mucho en favor de muchos de los oponentes del proyecto que hayan evitado la zafia intolerancia que está llegando a ser un rasgo habitual de las posiciones de derechas en los Estados Unidos, pero incluso los críticos moderados de la mezquita (en realidad, un centro cultural islámico con una sala de oración llamado Park 51) revelan en sus argumentos dos tesis que son tan discutibles como arraigadas están en las posiciones públicas predominantes en los Estados Unidos.
WASHINGTON, D.C. – La oposición al plan de construcción de una mezquita junto al “terreno cero”, el lugar en que cayeron las torres gemelas del Centro del Comercio Mundial el 11 de septiembre de 2001, presenta varios matices. Dice mucho en favor de muchos de los oponentes del proyecto que hayan evitado la zafia intolerancia que está llegando a ser un rasgo habitual de las posiciones de derechas en los Estados Unidos, pero incluso los críticos moderados de la mezquita (en realidad, un centro cultural islámico con una sala de oración llamado Park 51) revelan en sus argumentos dos tesis que son tan discutibles como arraigadas están en las posiciones públicas predominantes en los Estados Unidos.