Pocas personas estarán en desacuerdo si decimos que la luna muestra el máximo de su esplendor y encanto cuando está cerca del horizonte y parece estar más cerca y ser más grande que cuando se encuentra en lo alto del firmamento. Pero esto es una ilusión, la "ilusión lunar" para ser precisos: la distancia recorrida por la luz reflejada desde la luna al ojo del observador es esencialmente la misma, no importando cuál sea la elevación de la luna. Observamos una ilusión similar cuando el sol se pone y también con respecto a las distancias celestiales entre estrellas a diferentes elevaciones.
Pocas personas estarán en desacuerdo si decimos que la luna muestra el máximo de su esplendor y encanto cuando está cerca del horizonte y parece estar más cerca y ser más grande que cuando se encuentra en lo alto del firmamento. Pero esto es una ilusión, la "ilusión lunar" para ser precisos: la distancia recorrida por la luz reflejada desde la luna al ojo del observador es esencialmente la misma, no importando cuál sea la elevación de la luna. Observamos una ilusión similar cuando el sol se pone y también con respecto a las distancias celestiales entre estrellas a diferentes elevaciones.