La región entre Egipto y Pakistán es un caldero de cinco componentes claros y explosivos: el conflicto civil en Iraq, la insurgencia en Afganistán, las ambiciones nucleares de Irán, el largo conflicto árabe-israelí, y el riesgo de que se produzcan choques entre grupos extremistas y gobiernos corruptos y represivos. Se necesita una política de amplio alcance y, no obstante, las amenazas son tan diversas y complejas que se deben aplicar enfoques distintos de manera simultánea.
La región entre Egipto y Pakistán es un caldero de cinco componentes claros y explosivos: el conflicto civil en Iraq, la insurgencia en Afganistán, las ambiciones nucleares de Irán, el largo conflicto árabe-israelí, y el riesgo de que se produzcan choques entre grupos extremistas y gobiernos corruptos y represivos. Se necesita una política de amplio alcance y, no obstante, las amenazas son tan diversas y complejas que se deben aplicar enfoques distintos de manera simultánea.