CAMBRIDGE – Los llamados “inversores con repercusiones sociales”, aportadores de capital a las empresas que resuelven problemas sociales al tiempo que obtienen beneficios, son actualmente el último grito en materia de desarrollo económico. La Oficina de Innovación Social y Participación Ciudadana del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, reunió recientemente a más de 100 expertos para examinar cómo se podría fomentar la inversión con repercusiones sociales en los Estados Unidos y en el mundo en desarrollo. La Fundación de las Naciones Unidas y el Departamento de Estado de los EE.UU. han lanzado una asociación público-privada con un capital de 50 millones de dólares para fomentar cocinas limpias en países pobres. En el Reino Unido, los Países Bajos y Francia, los organismos dedicados al desarrollo están pensando en redistribuir parte de su financiación a empresas que presten servicios a los pobres.
CAMBRIDGE – Los llamados “inversores con repercusiones sociales”, aportadores de capital a las empresas que resuelven problemas sociales al tiempo que obtienen beneficios, son actualmente el último grito en materia de desarrollo económico. La Oficina de Innovación Social y Participación Ciudadana del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, reunió recientemente a más de 100 expertos para examinar cómo se podría fomentar la inversión con repercusiones sociales en los Estados Unidos y en el mundo en desarrollo. La Fundación de las Naciones Unidas y el Departamento de Estado de los EE.UU. han lanzado una asociación público-privada con un capital de 50 millones de dólares para fomentar cocinas limpias en países pobres. En el Reino Unido, los Países Bajos y Francia, los organismos dedicados al desarrollo están pensando en redistribuir parte de su financiación a empresas que presten servicios a los pobres.