SANTIAGO – Lo único peor que una mala película es una mala película repetida. Al nacionalizar el gigante petrolero YPF, Argentina nos ha hecho presenciar un episodio de nacionalismo económico demasiado conocido. Ya hemos visto este espectáculo, y no termina nada de bien.
SANTIAGO – Lo único peor que una mala película es una mala película repetida. Al nacionalizar el gigante petrolero YPF, Argentina nos ha hecho presenciar un episodio de nacionalismo económico demasiado conocido. Ya hemos visto este espectáculo, y no termina nada de bien.