ABU DHABI – En 1896, el psicólogo social Gustave Le Bon advirtió a sus contemporáneos acerca de los peligros que plantean las multitudes humanas, con las siguientes palabras: “es necesario, o bien llegar a una solución de los problemas presentados por su psicología, o bien resignarnos a ser devorados por ellas”. Ahora que en todo el mundo árabe se suceden protestas espontáneas que toman desprevenidos a los movimientos políticos organizados, los dirigentes de las nacientes democracias de Túnez, Egipto y Libia deberían prestar mucha atención a la advertencia de Le Bon.
ABU DHABI – En 1896, el psicólogo social Gustave Le Bon advirtió a sus contemporáneos acerca de los peligros que plantean las multitudes humanas, con las siguientes palabras: “es necesario, o bien llegar a una solución de los problemas presentados por su psicología, o bien resignarnos a ser devorados por ellas”. Ahora que en todo el mundo árabe se suceden protestas espontáneas que toman desprevenidos a los movimientos políticos organizados, los dirigentes de las nacientes democracias de Túnez, Egipto y Libia deberían prestar mucha atención a la advertencia de Le Bon.