NUEVA DELHI – Mientras Occidente se prepara para conmemorar el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914, Oriente Próximo se encuentra más convulso que nunca antes por el legado de la disolución del Imperio Otomano. Basta con dirigir la mirada a Siria, donde parte de ese legado (el Tratado Sykes-Picot, que dividió el Levante entre las esferas de influencia británica y francesa incluso cuando la Gran Guerra seguía su curso) está llegando a un final brutalmente violento.
NUEVA DELHI – Mientras Occidente se prepara para conmemorar el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914, Oriente Próximo se encuentra más convulso que nunca antes por el legado de la disolución del Imperio Otomano. Basta con dirigir la mirada a Siria, donde parte de ese legado (el Tratado Sykes-Picot, que dividió el Levante entre las esferas de influencia británica y francesa incluso cuando la Gran Guerra seguía su curso) está llegando a un final brutalmente violento.