El gran ensayista chino Lu Xun, que escribía en Shangai en el decenio de 1930, observó en cierta ocasión: "En la actualidad hay toda clase de semanarios. Aunque su distribución no es muy extensa, brillan en la obscuridad como dagas y hacen saber a sus camaradas quién ataca los fuertes castillos antiguos". En la primera mitad del siglo pasado los periódicos especializados en la investigación de escándalos jugaron al gato y al ratón con los censores del gobierno chino y en última instancia contribuyeron a sacar a la luz la corrupción y la bancarrota moral del gobierno nacionalista (KMT) y a la victoria comunista en 1949.
El gran ensayista chino Lu Xun, que escribía en Shangai en el decenio de 1930, observó en cierta ocasión: "En la actualidad hay toda clase de semanarios. Aunque su distribución no es muy extensa, brillan en la obscuridad como dagas y hacen saber a sus camaradas quién ataca los fuertes castillos antiguos". En la primera mitad del siglo pasado los periódicos especializados en la investigación de escándalos jugaron al gato y al ratón con los censores del gobierno chino y en última instancia contribuyeron a sacar a la luz la corrupción y la bancarrota moral del gobierno nacionalista (KMT) y a la victoria comunista en 1949.