NEW HAVEN – Según las apariencias, la crisis de la deuda soberana de Europa y la creciente preocupación sobre la posición de la deuda de los Estados Unidos no deberían hacer temblar la confianza económica básica. Pero, al parecer, sí lo hicieron. Y la pérdida de confianza, al desincentivar la inversión y el consumo, puede convertirse en una profecía auto-cumplida, que causa la debilidad económica que se temía. Las caídas significativas en los índices de confianza de los consumidores en Europa y América del Norte ya reflejan esta dinámica perversa.
NEW HAVEN – Según las apariencias, la crisis de la deuda soberana de Europa y la creciente preocupación sobre la posición de la deuda de los Estados Unidos no deberían hacer temblar la confianza económica básica. Pero, al parecer, sí lo hicieron. Y la pérdida de confianza, al desincentivar la inversión y el consumo, puede convertirse en una profecía auto-cumplida, que causa la debilidad económica que se temía. Las caídas significativas en los índices de confianza de los consumidores en Europa y América del Norte ya reflejan esta dinámica perversa.