A Bill Gates y Warren Buffett, las dos personas más ricas de Estados Unidos, y tal vez del mundo, se los suele describir como admiradores del famoso ensayo de 1889 de Andrew Carnegie “El Evangelio de la Riqueza”. El tratado de Carnegie, un clásico norteamericano, ofrece una justificación moral para la concentración de riqueza que tiende a crear el capitalismo con el argumento de que la inmensa riqueza genera contribuciones benéficas bien invertidas y apoyo a las artes y las ciencias. En resumen, Carnegie pensaba que la gran riqueza personal conduce a las grandes civilizaciones.
A Bill Gates y Warren Buffett, las dos personas más ricas de Estados Unidos, y tal vez del mundo, se los suele describir como admiradores del famoso ensayo de 1889 de Andrew Carnegie “El Evangelio de la Riqueza”. El tratado de Carnegie, un clásico norteamericano, ofrece una justificación moral para la concentración de riqueza que tiende a crear el capitalismo con el argumento de que la inmensa riqueza genera contribuciones benéficas bien invertidas y apoyo a las artes y las ciencias. En resumen, Carnegie pensaba que la gran riqueza personal conduce a las grandes civilizaciones.