NUEVA YORK – Cuando en la primavera pasada apareció un grafiti en una pared cerca del Ministerio de Interior de Túnez que decía así: “Gracias, Facebook”, no era sólo un elogio a una empresa de medios de comunicación social que había facilitado el levantamiento del país. Era también una celebración de la sensación de experiencia compartida que caracterizó la revolución tunecina… y las muchas otras protestas y revoluciones históricas que estallaron en 2011.
NUEVA YORK – Cuando en la primavera pasada apareció un grafiti en una pared cerca del Ministerio de Interior de Túnez que decía así: “Gracias, Facebook”, no era sólo un elogio a una empresa de medios de comunicación social que había facilitado el levantamiento del país. Era también una celebración de la sensación de experiencia compartida que caracterizó la revolución tunecina… y las muchas otras protestas y revoluciones históricas que estallaron en 2011.