Las viviendas son las inversiones más locales, arraigadas en un lugar determinado como un árbol, y, por ende, creciendo o marchitándose en respuesta a las condiciones económicas locales. Todo el mundo pasa como un relámpago por las pantallas de nuestros televisores, pero el mercado de nuestras casas, constituido casi en su totalidad por aficionados locales, sigue plantado allí, en nuestro propio patio trasero.
Las viviendas son las inversiones más locales, arraigadas en un lugar determinado como un árbol, y, por ende, creciendo o marchitándose en respuesta a las condiciones económicas locales. Todo el mundo pasa como un relámpago por las pantallas de nuestros televisores, pero el mercado de nuestras casas, constituido casi en su totalidad por aficionados locales, sigue plantado allí, en nuestro propio patio trasero.