MUNICH – De 2004 a 2007, la economía mundial experimentó un auge inhabitualmente largo e intenso, con tasas de crecimiento de casi el 5 por ciento y la participación de muchos países. La Unión Europea (UE15) registró un 2,4 por ciento de crecimiento por término medio durante esos años. En Alemania, donde el crecimiento ascendió al 1,8 por ciento, por término medio, durante ese período, algunos periodistas proclamaron un nuevo milagro económico. Sin embargo, ahora unas noticias cada vez peores están despertando dudas poderosas: nubes negras se ciernen sobre los Estados Unidos, en particular. ¿Está la economía mundial al borde de la recesión?
En los EE.UU., los precios de los bienes inmuebles siguen en caída libre y la crisis bancaria sigue teniendo nuevas víctimas (Bear Stearns, IndyMac, First Heritage Bank, First National Bank de Nevada, First Priority Bank, Fannie Mae, Freddie Mac, etcétera). En el mundo bancario en conjunto, las pérdidas incobrables previstas superan ya en gran medida la cifra de 400.000 millones de euros proyectada la pasada primavera.
Además, el desempleo está aumentando al mayor ritmo en siete años. El empleo total, que sigue siendo elevado desde el punto de vista histórico, ha ido disminuyendo continuamente desde comienzos de 2008. Es extraño que el mercado de valores estadounidense no se haya desplomado aún, pues todos los demás indicadores van hacia abajo. La relación cotización/beneficio, calculada por Standard ampamp; Poor, era 20, aproximadamente, muy superior a la media a largo plazo de 16, aproximadamente, desde 1881.
También han llegado señales preocupantes para la economía mundial de las recientes encuestas sobre la actividad económica. El índice Ifo sobre el clima económico mundial se deterioró en el tercer trimestre de 2008 por cuarta vez consecutiva. Ese declive fue consecuencia principalmente de más evaluaciones desfavorables de la situación económica mundial, pero también reflejó otra revisión en la que las perspectivas para los seis próximos meses eran peores. Hoy el índice se encuentra en su nivel más bajo desde el último trimestre de 2001.
El enfriamiento del índice Ifo del clima económico mundial ha sido particularmente marcado en la Europa occidental y en Asia, con lo que se han esfumado las esperanzas de que la actividad económica de Asia se desarrollara al margen de la de los EE.UU, con lo que compensaría las pérdidas de los exportadores europeos en los Estados Unidos. En el tercer trimestre de 2008 el índice Ifo correspondiente a Asia se encontraba en su nivel más bajo desde el ataque al World Trade Center en 2001, con unas evaluaciones particularmente bajas correspondientes al Japón.
En los EE.UU., el indicador del clima económico volvió a bajar, después de haberse desplomado espectacularmente en el segundo trimestre, con lo que se situó en su nivel más bajo desde 1991. El índice de impresiones de los consumidores de la Universidad de Michigan cayó en junio de 2008 hasta su nivel más abajo en decenios y desde entonces sólo ha tenido una recuperación mínima. También el índice del clima económico Ifo correspondiente a la zona del euro registró un declive espectacular.
Secure your copy of PS Quarterly: The Year Ahead 2025
Our annual flagship magazine, PS Quarterly: The Year Ahead 2025, is almost here. To gain digital access to all of the magazine’s content, and receive your print copy, subscribe to PS Premium now.
Subscribe Now
La mayor economía de Europa, Alemania, está estancándose ahora. El índice Ifo del clima empresarial, que, pese a basarse en una encuesta sobre Alemania, está considerado el indicador de la actividad económica más importante de Europa, ha estado bajando con pocas interrupciones desde el otoño del año pasado. Ahora se encuentra claramente en un nivel que casi supone una recesión.
Además, las previsiones sobre las exportaciones correspondientes al sector manufacturero bajan. Los pedidos en el sector manufacturero, el indicador más importante de las estadísticas oficiales, descendieron más marcadamente en los dos primeros trimestre de 2008 que en ningún otro momento desde el comienzo de 1993. En el segundo trimestre, la economía alemana se contrajo con una tasa –ajustada para tener en cuentas las variaciones estacionales y los efectos del calendario– del 2 por ciento. En resumen, ahora apenas cabe duda de que la mejora económica de Alemania que comenzó en el verano de 2005 está tocando a su fin.
Entre esas perspectivas pesimistas, buscamos ansiosamente señales alentadoras. El precio del crudo, que alcanzó un nivel sin precedentes de 148 dólares el barril en julio, ha bajado desde entonces casi un 25 por ciento, es decir, 36 dólares. Ahora lo que está por ver es si la evolución reciente de la economía de los Estados Unidos da motivos de esperanza. Con un aumento trimestral del PIB anualizado de 1,9 por ciento en el período abril-junio, el crecimiento ha sido dos veces mayor que en el primer trimestre (0,9 por ciento), lo que refleja en gran medida los efectos de los 152.000 millones de dólares de devoluciones de impuestos (el 1 por ciento, aproximadamente, del PIB), pero, en vista de que la crisis inmobiliaria continúa y se está intensificando, ese impulso al crecimiento no indica aún una inversión de la tendencia.
En el Japón, con una economía que representa la mitad, aproximadamente, del tamaño de la de los EE.UU., las fuerzas del crecimiento siguen siendo débiles. En el segundo trimestre de 2008, la economía japonesa se contrajo a una tasa anualizada del 2,4 por ciento, a consecuencia principalmente de la debilidad de las exportaciones.
Con todas esas noticias desalentadoras, resulta poco consolador que algunas zonas del mundo sigan exhibiendo tasas considerables de crecimiento: se espera que China crezca un 9,5 por ciento este año y en 2009, mientras que la India ha estado creciendo un 8 por ciento, Rusia un 6,5 por ciento, gracias a los precios del petróleo, y la América latina un 4,5 por ciento, por término medio, durante este período. Lamentablemente, el peso de esos países y regiones es pequeño; China, el mayor de ellos, representa sólo el 5 por ciento de la economía mundial.
De modo que las señales de una desaceleración a escala mundial han aumentado. La crisis estadounidense se está extendiendo ahora a otras zonas del mundo. El ex Presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. Alan Greenspan puede estar en lo cierto cuando dice: “Esta crisis es diferente: un episodio que sólo se da una o dos veces por siglo debido a unos temores, profundamente arraigados, de insolvencia de las instituciones financieras más importantes”.
To have unlimited access to our content including in-depth commentaries, book reviews, exclusive interviews, PS OnPoint and PS The Big Picture, please subscribe
Over time, as American democracy has increasingly fallen short of delivering on its core promises, the Democratic Party has contributed to the problem by catering to a narrow, privileged elite. To restore its own prospects and America’s signature form of governance, it must return to its working-class roots.
is not surprised that so many voters ignored warnings about the threat Donald Trump poses to US institutions.
Enrique Krauze
considers the responsibility of the state to guarantee freedom, heralds the demise of Mexico’s democracy, highlights flaws in higher-education systems, and more.
MUNICH – De 2004 a 2007, la economía mundial experimentó un auge inhabitualmente largo e intenso, con tasas de crecimiento de casi el 5 por ciento y la participación de muchos países. La Unión Europea (UE15) registró un 2,4 por ciento de crecimiento por término medio durante esos años. En Alemania, donde el crecimiento ascendió al 1,8 por ciento, por término medio, durante ese período, algunos periodistas proclamaron un nuevo milagro económico. Sin embargo, ahora unas noticias cada vez peores están despertando dudas poderosas: nubes negras se ciernen sobre los Estados Unidos, en particular. ¿Está la economía mundial al borde de la recesión?
En los EE.UU., los precios de los bienes inmuebles siguen en caída libre y la crisis bancaria sigue teniendo nuevas víctimas (Bear Stearns, IndyMac, First Heritage Bank, First National Bank de Nevada, First Priority Bank, Fannie Mae, Freddie Mac, etcétera). En el mundo bancario en conjunto, las pérdidas incobrables previstas superan ya en gran medida la cifra de 400.000 millones de euros proyectada la pasada primavera.
Además, el desempleo está aumentando al mayor ritmo en siete años. El empleo total, que sigue siendo elevado desde el punto de vista histórico, ha ido disminuyendo continuamente desde comienzos de 2008. Es extraño que el mercado de valores estadounidense no se haya desplomado aún, pues todos los demás indicadores van hacia abajo. La relación cotización/beneficio, calculada por Standard ampamp; Poor, era 20, aproximadamente, muy superior a la media a largo plazo de 16, aproximadamente, desde 1881.
También han llegado señales preocupantes para la economía mundial de las recientes encuestas sobre la actividad económica. El índice Ifo sobre el clima económico mundial se deterioró en el tercer trimestre de 2008 por cuarta vez consecutiva. Ese declive fue consecuencia principalmente de más evaluaciones desfavorables de la situación económica mundial, pero también reflejó otra revisión en la que las perspectivas para los seis próximos meses eran peores. Hoy el índice se encuentra en su nivel más bajo desde el último trimestre de 2001.
El enfriamiento del índice Ifo del clima económico mundial ha sido particularmente marcado en la Europa occidental y en Asia, con lo que se han esfumado las esperanzas de que la actividad económica de Asia se desarrollara al margen de la de los EE.UU, con lo que compensaría las pérdidas de los exportadores europeos en los Estados Unidos. En el tercer trimestre de 2008 el índice Ifo correspondiente a Asia se encontraba en su nivel más bajo desde el ataque al World Trade Center en 2001, con unas evaluaciones particularmente bajas correspondientes al Japón.
En los EE.UU., el indicador del clima económico volvió a bajar, después de haberse desplomado espectacularmente en el segundo trimestre, con lo que se situó en su nivel más bajo desde 1991. El índice de impresiones de los consumidores de la Universidad de Michigan cayó en junio de 2008 hasta su nivel más abajo en decenios y desde entonces sólo ha tenido una recuperación mínima. También el índice del clima económico Ifo correspondiente a la zona del euro registró un declive espectacular.
Secure your copy of PS Quarterly: The Year Ahead 2025
Our annual flagship magazine, PS Quarterly: The Year Ahead 2025, is almost here. To gain digital access to all of the magazine’s content, and receive your print copy, subscribe to PS Premium now.
Subscribe Now
La mayor economía de Europa, Alemania, está estancándose ahora. El índice Ifo del clima empresarial, que, pese a basarse en una encuesta sobre Alemania, está considerado el indicador de la actividad económica más importante de Europa, ha estado bajando con pocas interrupciones desde el otoño del año pasado. Ahora se encuentra claramente en un nivel que casi supone una recesión.
Además, las previsiones sobre las exportaciones correspondientes al sector manufacturero bajan. Los pedidos en el sector manufacturero, el indicador más importante de las estadísticas oficiales, descendieron más marcadamente en los dos primeros trimestre de 2008 que en ningún otro momento desde el comienzo de 1993. En el segundo trimestre, la economía alemana se contrajo con una tasa –ajustada para tener en cuentas las variaciones estacionales y los efectos del calendario– del 2 por ciento. En resumen, ahora apenas cabe duda de que la mejora económica de Alemania que comenzó en el verano de 2005 está tocando a su fin.
Entre esas perspectivas pesimistas, buscamos ansiosamente señales alentadoras. El precio del crudo, que alcanzó un nivel sin precedentes de 148 dólares el barril en julio, ha bajado desde entonces casi un 25 por ciento, es decir, 36 dólares. Ahora lo que está por ver es si la evolución reciente de la economía de los Estados Unidos da motivos de esperanza. Con un aumento trimestral del PIB anualizado de 1,9 por ciento en el período abril-junio, el crecimiento ha sido dos veces mayor que en el primer trimestre (0,9 por ciento), lo que refleja en gran medida los efectos de los 152.000 millones de dólares de devoluciones de impuestos (el 1 por ciento, aproximadamente, del PIB), pero, en vista de que la crisis inmobiliaria continúa y se está intensificando, ese impulso al crecimiento no indica aún una inversión de la tendencia.
En el Japón, con una economía que representa la mitad, aproximadamente, del tamaño de la de los EE.UU., las fuerzas del crecimiento siguen siendo débiles. En el segundo trimestre de 2008, la economía japonesa se contrajo a una tasa anualizada del 2,4 por ciento, a consecuencia principalmente de la debilidad de las exportaciones.
Con todas esas noticias desalentadoras, resulta poco consolador que algunas zonas del mundo sigan exhibiendo tasas considerables de crecimiento: se espera que China crezca un 9,5 por ciento este año y en 2009, mientras que la India ha estado creciendo un 8 por ciento, Rusia un 6,5 por ciento, gracias a los precios del petróleo, y la América latina un 4,5 por ciento, por término medio, durante este período. Lamentablemente, el peso de esos países y regiones es pequeño; China, el mayor de ellos, representa sólo el 5 por ciento de la economía mundial.
De modo que las señales de una desaceleración a escala mundial han aumentado. La crisis estadounidense se está extendiendo ahora a otras zonas del mundo. El ex Presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. Alan Greenspan puede estar en lo cierto cuando dice: “Esta crisis es diferente: un episodio que sólo se da una o dos veces por siglo debido a unos temores, profundamente arraigados, de insolvencia de las instituciones financieras más importantes”.