CARACAS – En Venezuela, el chavismo perdió la hegemonía. No importa que aún conserve el control del parlamento, 17 gobernaciones y todo el manejo de los poderes sometidos al Ejecutivo, incluyendo la Justicia. No importa tampoco que Nicolás Maduro haya asumido estos días la presidencia. Porque la ajustadísima y discutida victoria de Maduro en las elecciones presidenciales es una señal incontrastable de que algo profundo está ocurriendo en el país de Chávez. Crisis que afecta fuertemente a América Latina: un chavismo disminuido es mala noticia para el eje populista de la región.
CARACAS – En Venezuela, el chavismo perdió la hegemonía. No importa que aún conserve el control del parlamento, 17 gobernaciones y todo el manejo de los poderes sometidos al Ejecutivo, incluyendo la Justicia. No importa tampoco que Nicolás Maduro haya asumido estos días la presidencia. Porque la ajustadísima y discutida victoria de Maduro en las elecciones presidenciales es una señal incontrastable de que algo profundo está ocurriendo en el país de Chávez. Crisis que afecta fuertemente a América Latina: un chavismo disminuido es mala noticia para el eje populista de la región.