MOSCU: El maltrato a los accionistas por parte de gerentes y accionistas mayoritarios daña la inversión extranjera en Rusia. No es de sorprender, entonces, que el mejoramiento de la administración corporativa y la protección a los accionistas minoritarios se esté conviertiendo en una preocupación para el gobierno de Putin. Negar la entrada a las juntas de accionistas o borrar nombres de los registros –dos artimañas comunes hace unos años—son más infrecuentes hoy en día. Algunos “oligarcas” han atravesado por conversiones al estilo del camino de Damasco y están intentando mejorar su imagen ante los inversionistas. Algunas compañías, como el gigante del petróleo Yukos, incluso nombran directores independientes extranjeros. Sin embargo, estas mejoras del sector privado no aparecen por ningún lado entre las grandes empresas controladas por el gobierno, aun cuando muchas de esas compañías tienen una minoría sustancial de accionistas privados que necesitan protección contra los abusos de los directivos. En efecto, los directivos en estas compañías se han vuelto más arrogantes y más creativos para violar los derechos de los accionistas. Como miembro independiente de los consejos de la empresa de electricidad RAO UES y de la poderosa gasera Gazprom, conozco directamente sus tretas.
MOSCU: El maltrato a los accionistas por parte de gerentes y accionistas mayoritarios daña la inversión extranjera en Rusia. No es de sorprender, entonces, que el mejoramiento de la administración corporativa y la protección a los accionistas minoritarios se esté conviertiendo en una preocupación para el gobierno de Putin. Negar la entrada a las juntas de accionistas o borrar nombres de los registros –dos artimañas comunes hace unos años—son más infrecuentes hoy en día. Algunos “oligarcas” han atravesado por conversiones al estilo del camino de Damasco y están intentando mejorar su imagen ante los inversionistas. Algunas compañías, como el gigante del petróleo Yukos, incluso nombran directores independientes extranjeros. Sin embargo, estas mejoras del sector privado no aparecen por ningún lado entre las grandes empresas controladas por el gobierno, aun cuando muchas de esas compañías tienen una minoría sustancial de accionistas privados que necesitan protección contra los abusos de los directivos. En efecto, los directivos en estas compañías se han vuelto más arrogantes y más creativos para violar los derechos de los accionistas. Como miembro independiente de los consejos de la empresa de electricidad RAO UES y de la poderosa gasera Gazprom, conozco directamente sus tretas.