AMSTERDAM – Cuando se introdujo el euro en 1999, los países europeos acordaron que la disciplina fiscal era esencial para su estabilidad. Si bien la moneda común ha beneficiado a todos los países que la han adoptado –entre otras cosas, como ancla en la crisis económica actual–, el incumplimiento de su acuerdo por parte de los miembros de la zona del euro podría aún convertir esta moneda en un desastre.
AMSTERDAM – Cuando se introdujo el euro en 1999, los países europeos acordaron que la disciplina fiscal era esencial para su estabilidad. Si bien la moneda común ha beneficiado a todos los países que la han adoptado –entre otras cosas, como ancla en la crisis económica actual–, el incumplimiento de su acuerdo por parte de los miembros de la zona del euro podría aún convertir esta moneda en un desastre.