Cuando se introdujo el euro en 1999, se presentó como un instrumento que permitiría reducir las diferencias económicas entre los estados miembros de la unión monetaria. Los índices de desempleo convergerían, al igual que otras importantes variables macroeconómicas como los costes de la mano de obra, la productividad, los déficits fiscales y deuda pública. A la larga, también disminuirían las diferencias de riqueza, medida en términos de ingreso per cápita.
Cuando se introdujo el euro en 1999, se presentó como un instrumento que permitiría reducir las diferencias económicas entre los estados miembros de la unión monetaria. Los índices de desempleo convergerían, al igual que otras importantes variables macroeconómicas como los costes de la mano de obra, la productividad, los déficits fiscales y deuda pública. A la larga, también disminuirían las diferencias de riqueza, medida en términos de ingreso per cápita.