MADRID – Mientras la atención mundial se centra en los dramáticos acontecimientos que se suceden en Oriente Medio, los numerosos desafíos que se ciernen sobre Israel han pasado a un segundo plano. Israel se enfrenta, en efecto, a uno de los períodos más peligrosos de su existencia: no sólo no se resuelven los problemas de siempre, como la amenaza de un Irán con armas nucleares, sino que todos sus vecinos se encuentran inmersos en -o abocados a- conflictos y revueltas. Y, aunque las conversaciones de paz con Palestina se han reanudado con la mediación de EE.UU, es más que probable que éstas terminen fracasando.
MADRID – Mientras la atención mundial se centra en los dramáticos acontecimientos que se suceden en Oriente Medio, los numerosos desafíos que se ciernen sobre Israel han pasado a un segundo plano. Israel se enfrenta, en efecto, a uno de los períodos más peligrosos de su existencia: no sólo no se resuelven los problemas de siempre, como la amenaza de un Irán con armas nucleares, sino que todos sus vecinos se encuentran inmersos en -o abocados a- conflictos y revueltas. Y, aunque las conversaciones de paz con Palestina se han reanudado con la mediación de EE.UU, es más que probable que éstas terminen fracasando.