Sin lugar a dudas, la política del Presidente George W. Bush para el Oriente Próximo se las arregló para lograr una cosa: ha desestabilizado profundamente la región. Aparte de eso, los resultados no son para nada lo que Estados Unidos esperaba lograr. Un Oriente Próximo democrático y pro-occidental no es una posibilidad a la vista.
Sin lugar a dudas, la política del Presidente George W. Bush para el Oriente Próximo se las arregló para lograr una cosa: ha desestabilizado profundamente la región. Aparte de eso, los resultados no son para nada lo que Estados Unidos esperaba lograr. Un Oriente Próximo democrático y pro-occidental no es una posibilidad a la vista.