El proyecto de integración de Europa carece de precedentes históricos. Durante el pasado milenio, Europa ha vivido con un equilibrio precario, mientras creaba todos los grandes imperios que han dominado y pacificado el mundo en los 500 últimos años. Sus ocho o nueve naciones principales riñeron guerras unas contra otras, siempre que una amenazaba con intentar conseguir el dominio sobre las otras. Europa nos dio las dos últimas guerras mundiales y al balance de monstruosidades hay que sumar sus grotescos refinamientos en el arte de matar: el Holocausto y el Gulag.
El proyecto de integración de Europa carece de precedentes históricos. Durante el pasado milenio, Europa ha vivido con un equilibrio precario, mientras creaba todos los grandes imperios que han dominado y pacificado el mundo en los 500 últimos años. Sus ocho o nueve naciones principales riñeron guerras unas contra otras, siempre que una amenazaba con intentar conseguir el dominio sobre las otras. Europa nos dio las dos últimas guerras mundiales y al balance de monstruosidades hay que sumar sus grotescos refinamientos en el arte de matar: el Holocausto y el Gulag.