Valentina Tereshkova, la primera cosmonauta soviética de sexo femenino –de hecho, la primera mujer en ir al espacio- recientemente celebró su septuagésimo cumpleaños. En una entrevista, manifestó su único deseo: volar a Marte, incluso con un boleto de ida. Fue un deseo implícito de una forma espectacular de suicidio, por una razón espectacularmente prosaica: la pérdida, experimentada por miles de mujeres rusas de su generación, de la base existencial de su vida.
Valentina Tereshkova, la primera cosmonauta soviética de sexo femenino –de hecho, la primera mujer en ir al espacio- recientemente celebró su septuagésimo cumpleaños. En una entrevista, manifestó su único deseo: volar a Marte, incluso con un boleto de ida. Fue un deseo implícito de una forma espectacular de suicidio, por una razón espectacularmente prosaica: la pérdida, experimentada por miles de mujeres rusas de su generación, de la base existencial de su vida.