LONDRES – La OTAN, cuyos ministros de asuntos exteriores se reunirán la próxima semana, se está muriendo. Por supuesto, la muerte le llega a todos los seres vivientes, y a medida que la OTAN se acerca a su 60° aniversario no parece haber prisa para escribir su obituario; quienes tienen 60 años pueden razonablemente tener la esperanza de tener otros diez, o tal vez veinte e incluso treinta de vida activa y productiva. Pero tal vez sea tiempo de empezar a reflexionar sobre el hecho de que “el viejo no estará con nosotros para siempre”.
LONDRES – La OTAN, cuyos ministros de asuntos exteriores se reunirán la próxima semana, se está muriendo. Por supuesto, la muerte le llega a todos los seres vivientes, y a medida que la OTAN se acerca a su 60° aniversario no parece haber prisa para escribir su obituario; quienes tienen 60 años pueden razonablemente tener la esperanza de tener otros diez, o tal vez veinte e incluso treinta de vida activa y productiva. Pero tal vez sea tiempo de empezar a reflexionar sobre el hecho de que “el viejo no estará con nosotros para siempre”.