La muerte de la muerte

Una vez más se ha matado a gran escala, esta vez en una tierra donde se dice que un día estuvo el paraíso, el valle entre los ríos Tigris y Éufrates. Las matanzas de hoy no son peores que las incontables masacres de la historia, y quizás estuvieron más acotadas. Algunos dicen que fueron necesarias para prevenir futuras matanzas. En cualquier caso, matar a nuestros semejantes conscientemente, así como el cometer suicidio, es un triste y solitario privilegio de los seres humanos.

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