Desde hace tiempo, las mujeres que trabajan en todo el mundo se quejan de la injusticia de recibir menos paga de la que reciben los hombres. Pero la disparidad salarial entre hombres y mujeres es mucho más que injusta. También es económicamente perjudicial.
Desde hace tiempo, las mujeres que trabajan en todo el mundo se quejan de la injusticia de recibir menos paga de la que reciben los hombres. Pero la disparidad salarial entre hombres y mujeres es mucho más que injusta. También es económicamente perjudicial.