RÍO DE JANIERO – Las demostraciones que sacuden a la sociedad brasileña canalizan un sentimiento generalizado: ¡ya basta! Pero, excepto en el caso de los agitadores profesionales, no hay odio en las protestas callejeras. En su lugar, lo que hay es una especie de cansancio impaciente.
RÍO DE JANIERO – Las demostraciones que sacuden a la sociedad brasileña canalizan un sentimiento generalizado: ¡ya basta! Pero, excepto en el caso de los agitadores profesionales, no hay odio en las protestas callejeras. En su lugar, lo que hay es una especie de cansancio impaciente.