A medida que el mundo se ve inundado de nuevas imágenes de la degradación a que han sido sometidos los prisioneros iraquíes, muchos de quienes las han visto se sienten tan indignados como furiosos. ¿Cómo es posible que soldados estadounidenses comunes y corrientes, hayan seguido órdenes o actuado por su cuenta, parezcan tan despreocupados, o incluso entusiasmados, ante sus brutales conductas?
A medida que el mundo se ve inundado de nuevas imágenes de la degradación a que han sido sometidos los prisioneros iraquíes, muchos de quienes las han visto se sienten tan indignados como furiosos. ¿Cómo es posible que soldados estadounidenses comunes y corrientes, hayan seguido órdenes o actuado por su cuenta, parezcan tan despreocupados, o incluso entusiasmados, ante sus brutales conductas?