MOSCÚ – Actualmente el mundo se ve sacudido por cambios tectónicos casi demasiado numerosos para contarlos: la crisis económica actual está acelerando la degradación de la gobernación internacional y las instituciones supranacionales y ambas cosas están ocurriendo junto con un traslado en gran escala del poder económico y político a Asia. Menos de un cuarto de siglo después de que Francis Fukuyama declarara “el fin de la Historia”, parece que hemos llegado al amanecer de una nueva era de conmoción social y geopolítica.
MOSCÚ – Actualmente el mundo se ve sacudido por cambios tectónicos casi demasiado numerosos para contarlos: la crisis económica actual está acelerando la degradación de la gobernación internacional y las instituciones supranacionales y ambas cosas están ocurriendo junto con un traslado en gran escala del poder económico y político a Asia. Menos de un cuarto de siglo después de que Francis Fukuyama declarara “el fin de la Historia”, parece que hemos llegado al amanecer de una nueva era de conmoción social y geopolítica.