NUEVA YORK – Pocos echarán de menos 2022, un año definido por una pandemia que aún no ha terminado, el avance del cambio climático, inflación en alza, crecimiento económico en desaceleración y, sobre todo, el estallido de una costosa guerra en Europa y el temor a que un conflicto violento pueda estallar pronto en Asia. Algunas de estas cosas eran previsibles, pero muchas otras no; y todas proponen enseñanzas que bien haríamos en aprender.
NUEVA YORK – Pocos echarán de menos 2022, un año definido por una pandemia que aún no ha terminado, el avance del cambio climático, inflación en alza, crecimiento económico en desaceleración y, sobre todo, el estallido de una costosa guerra en Europa y el temor a que un conflicto violento pueda estallar pronto en Asia. Algunas de estas cosas eran previsibles, pero muchas otras no; y todas proponen enseñanzas que bien haríamos en aprender.