TURÍN – Antes de la pandemia del COVID-19, se suponía que el papel de la mano de obra poco calificada en la economía estaba en caída. En los mercados laborales alterados digitalmente, donde las profesiones STEM (ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas) bien remuneradas tienen un lugar de privilegio, sólo los profesionales altamente calificados pueden prosperar. Aquellos con empleos amenazados por las nuevas tecnologías están condenados a la precariedad, los despidos, la movilidad descendente y la caída de los niveles de vida.
TURÍN – Antes de la pandemia del COVID-19, se suponía que el papel de la mano de obra poco calificada en la economía estaba en caída. En los mercados laborales alterados digitalmente, donde las profesiones STEM (ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas) bien remuneradas tienen un lugar de privilegio, sólo los profesionales altamente calificados pueden prosperar. Aquellos con empleos amenazados por las nuevas tecnologías están condenados a la precariedad, los despidos, la movilidad descendente y la caída de los niveles de vida.