En París, Nueva York y Ciudad de México, tanto los ricos como los pobres se evaden del calor estival en los parques urbanos. Pero en muchos lugares del mundo en desarrollo los espacios públicos abiertos son tan escasos como las democracias estables. Puede no ser casualidad. Si bien parece frívolo escribir sobre el espacio público en ciudades como Bogotá, Delhi y Lima, en las que cunden la pobreza y la miseria, hay que tener en cuenta que la subvención por el gobierno de la hierba y del hormigón da idea de su respeto de la dignidad humana y los valores democráticos.
En París, Nueva York y Ciudad de México, tanto los ricos como los pobres se evaden del calor estival en los parques urbanos. Pero en muchos lugares del mundo en desarrollo los espacios públicos abiertos son tan escasos como las democracias estables. Puede no ser casualidad. Si bien parece frívolo escribir sobre el espacio público en ciudades como Bogotá, Delhi y Lima, en las que cunden la pobreza y la miseria, hay que tener en cuenta que la subvención por el gobierno de la hierba y del hormigón da idea de su respeto de la dignidad humana y los valores democráticos.