MELBOURNE – En un momento en el que los espantosos sucesos de Noruega nos recuerdan cuánta intolerancia asesina hay aún en el mundo, tal vez una historia de signo contrario pueda devolvernos un poco de optimismo, en el sentido de que se están produciendo algunos cambios de actitud positivos e históricamente importantes.
MELBOURNE – En un momento en el que los espantosos sucesos de Noruega nos recuerdan cuánta intolerancia asesina hay aún en el mundo, tal vez una historia de signo contrario pueda devolvernos un poco de optimismo, en el sentido de que se están produciendo algunos cambios de actitud positivos e históricamente importantes.